¿Rescatar ovejas descarriadas?

No sé si a todas las mujeres nos pasa por la mente en algún momento de la vida, si está en nuestra naturaleza o en la leche que tomamos cuando somos pequeñas, pero por mi mente sí pasó, varias veces, que mi misión en la vida era rescatar hombres, ovejas descarriadas que necesitaban de mi amor, mi guía y mi luz para llegar al otro lado del río...

Si esto resuena contigo, si ha pasado por tu mente por favor, detente, stop, para tu mente, ponte frente al espejo, mírate a los ojos y repítete bien fuerte "esa no es mi misión de vida", olvídate de esa idea romántica de rescatar ovejas descarriadas. 

Yo le llamé complejo de Mesías y lo viví particularmente con mis primeros 3 novios. Buscaba inconscientemente que estuvieran perdidos en algún aspecto de su vida para ser yo a lo que ellos se aferraran con tal vehemencia que pudieran salir a flote. 

Claro, en aquel momento no me daba cuenta de que para que ellos salieran a flote yo tenía que hundirme y sí... eso hice en aquel entonces... hundirme en la depresión, en la tristeza, en el llanto, en el sufrimiento de no saber ¿porqué si yo ponía mi vida entera para resolver la de ellos para ellos eso resultaba mínimo?¿porqué no lo querían?¿porqué preferían estar con otra persona?¿porque preferían irse con sus amigos?¿qué había yo hecho mal? 

Esa era una de las grandes incógnitas de mi vida hasta mis casi 30 años... ¿qué había hecho mal? y se aplicaba a diferentes aspectos, a parejas, a trabajos, a decisiones... Pensaba que había algo mal conmigo, algo mal dentro de mí, me habían mandado rota y sin manual... 

Escucha... imagina mi voz y escucha con los oídos de tu corazón... TÚ NO ESTÁS ROTA Y TU MISIÓN EN LA VIDA NO ES SACRIFICARTE PARA SALVAR A OTROS... eres una mujer hermosa que tiene la sabiduría de todos sus ancestros en la sangre. Recuerda tu camino antes de querer alumbrar el camino de otros, mira tus heridas antes de querer sanar las de otros y permítete amarte tal cual eres. 

No hay nada mal contigo, hay una vida por crear, elige cómo quieres hacerlo, elige quién quieres que te acompañe y elige el rumbo que quieres tomar, y en el camino seguro habrá dolor, pero no sufrimiento, porque cuando nos hacemos cargo de elegir sabemos que lo hemos hecho por una razón, aunque no la sepamos, aunque no la entendamos, algo requerimos trascender por eso lo elegimos así. Mujeres sanadoras, sanándonos a nosotras mismas primero.