Mi relación con el alcohol
Una de las relaciones más destructivas que solemos entablar en nuestra vida tiene que ver con esta sustancia, el alcohol.
Hay quien empieza muy chico esta relación, hay quien es guiado por sus propios padres y hay los que eligen perderse en ella. Pero ¿qué determina que nuestra relación con el alcohol pueda ser tan tóxica?
Piensa por un segundo en qué fue lo que aprendiste cuando eras pequeño acerca del alcohol. Tal vez por lo que te dijeron tus padres, tu familia o tal vez por lo que viste o viviste. Mi madre por ejemplo desde chiquitos nos hizo sentir que era algo malo, yo nunca la vi tomar ni a mi papá, pero a mi tío sí y a veces llegaba a ser inoportuno, grosero o agresivo con los demás.
Eso me hizo resistir desde pequeña la idea de tomar, pero después en la universidad la curiosidad me hizo probarlo, a escondidas de mi madre, así que digamos que mi primer contacto directo con el alcohol fue la culpa.
Piensa en tu vida, ¿cómo fue? ¿qué te llevó a probarlo? una de las razones más comunes por las que lo hacemos es el querer pertenecer, formar parte de los cool, los que se divierten y hacen bobadas.
La relación que cada uno entabla con esta sustancia es distinta pero quiero hablarte de un aspecto particular, porque en realidad no es que el alcohol sea malo y debamos quitarlo del mundo o que todos los que toman estén mal, no tiene que ver con la acción de consumirlo, sino con el lugar desde la cual nos relacionamos con él.
Entre esos lugares está la culpa por haber hecho algo que no debimos, las ganas de evadir la realidad, el miedo a expresar lo que sentimos... A veces el alcohol hace de estos lugares algo mucho más llevadero y fácil, entonces comenzamos a ir con más frecuencia pensando que es una llave mágica que soluciona ciertas carencias.
Pero no es así. El alcohol no resolverá nada por ti, y aunque a veces parece más fácil resolver los problemas con su apoyo, lo común es que los complica mucho más a la larga y a la culpa que estabas tratando de evitar se le suma la culpa de haber hecho algo de manera inconsciente o de haber lastimado a alguien estando bebido o de haber decepcionado a mamá simplemente. Con o sin alcohol la culpa, la evasión y el miedo van a seguir ahí, esperando a que les hagas frente.
El punto sobre el alcohol es que afecta tu capacidad de reconocer que estás en peligro, y afecta completamente tu capacidad de reaccionar al peligro, afecta tu capacidad de acción y decisión, y con frecuencia inhibe tu sabiduría interior y tu plenitud.
Detrás de cada copa hay una razón por la que lo hacemos, nótalo, hazte consciente y disfruta cualquiera que sea tu elección. El trabajo interno nos lleva a fortalecer la voluntad que se muestra hacia el exterior, así que sí, notarlo es sólo el primer paso de un largo camino por recorrer.