Enmendar los errores con oro
Hace tiempo escuché esta leyenda. Cuando visité Japón supe que no era una leyenda, es una tradición real, una lección y un recordatorio de la resiliencia.
"Cuando los japoneses reparan objetos rotos, enaltecen la zona dañada rellenando las grietas con oro. Ellos creen que cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso.
El arte tradicional japonés de la reparación de la cerámica rota con un adhesivo fuerte, rociado, luego, con polvo de oro, se llama Kintsugi.
El resultado es que la cerámica no sólo queda reparada sino que es aún más fuerte que la original. En lugar de tratar de ocultar los defectos y grietas, estos se acentúan y celebran, ya que ahora se han convertido en la parte más fuerte de la pieza.
Kintsukuroi es el término japonés que designa al arte de reparar con laca de oro o plata, entendiendo que el objeto es más bello por haber estado roto.
Llevemos esta imagen al terreno de lo humano, al mundo del contacto con los seres que amamos y que, a veces, lastimamos o nos lastiman.
¡Cuán importante resulta el enmendar!
Cuánto, también, el entender que los vínculos lastimados y nuestro corazón maltrecho, pueden repararse con los hilos dorados del amor, y volverse más fuertes.
La idea es que cuando algo valioso se quiebra, una gran estrategia a seguir es no ocultar su fragilidad ni su imperfección, y repararlo con algo que haga las veces de oro: fortaleza, servicio, virtud...
La prueba de la imperfección y la fragilidad, pero también de la resiliencia —la capacidad de recuperarse— son dignas de llevarse en alto".
Muchas veces en mi vida, antes de atreverme a explorar en mí misma, leía cosas así y me preguntaba ¿cómo carajos hago para enmendar algo roto? Cuando rompía mi palabra en algo me iba más hacia culparme y sentirme mal que hacia mirar cómo repararlo. Era verdaderamente un punto ciego para mí y siempre me preguntaba cómo debía hacer.
Creo que ahora mismo no lo sé del todo, me sigue causando conflicto romperle el corazón a alguien, sigo sin saber cómo reparar de manera inmediata algo que se rompe, como la confianza. Pero he aprendido algo con el paso de estos años, con la autoexploración diaria...
1. Lo primero que se rompe está dentro de mí y no puedo siquiera intentar pegar algo con la otra persona si no me atrevo a enmendarlo primero conmigo misma...
2. No basta con ser consciente de que algo se rompió, requerimos ser consciente de ello, reconocerlo ante nosotros, reconocerlo ante el otro y abrazar todas nuestras partes rotas...
3. Aunque a veces no sabemos por dónde empezar a pegar las piezas, es importante saber que aún roto la pieza no deja de ser hermosa y amada. Que el hecho de estar rota no me hace menos importante, ni menos valiosa, y que la sensación de que el mundo se viene abajo es algo temporal...
4. Que si me enfoco en amarme y amar al otro en lugar de seguirme culpando, entonces puedo trascender la ruptura, puedo tomar las piezas rotas y pegar una a una con ese amor que nos hace reconectarnos.
5. Que mirar esas heridas, cuando las he sanado y pegado con oro, no me causan dolor, sino amor, amor por mirar ese proceso de mi vida, ese momento en el que sentía, miraba o pensaba la vida de diferente manera.
Cuéntame tú, ¿cómo has pegado esas piezas rotas?¿cómo has enmendado esas rupturas?¿cómo has encontrado cloro en medio de la oscuridad?