Lo que yo quiero revelar es...

Cuando nos atrevemos a preguntarnos sobre lo que hacemos, pensamos, decimos y sentimos, todo es una revelación. Es como si nuestro ser interno nos fuera mostrando de a poco las capas que nos hemos ido poniendo. Lo fuerte de las revelaciones es que muchas veces nos muestran cosas que no queremos ver o que duelen y no queremos sentir o que pueden ser un verdadero parteagüas en nuestras vidas y no sabemos si estamos preparados para soltar nuestra comodidad. 

Suelo decirme que cuando pregunto debo estar dispuesta a escuchar la respuesta, cualquiera que esta sea. Eso aplica también para mí misma. Cuando me pregunto debo estar dispuesta a responderme con total honestidad.

Hoy amanecí con el sonido de la lluvia, mirando a mi esposo cómo empaquetaba sus cosas, guardando su ropa, sus pastillas, sus zapatos... ¿Qué sientes? me preguntaba a mí misma y mi voz interna me respondía: tal vez es momento de mirar qué tipo de pareja somos. Tenemos tantos estereotipos de parejas, nos han dicho tanto acerca del "y vivieron felices para siempre" y tan poco del "busquen una meta en común y creenla como parte de su aportación al mundo" que a veces nos perdemos de lo realmente importante. 

Comencé a pensar después en mi mejor amiga, sé que el inicio de año ha traído enfermedad y sé que no la está pasando bien, pero me había quedado incomunicada con ella desde la semana pasada, pensé que quizá se había enojada, ¿le dije algo que la lastimó? me pregunté, así que decidí escribirle y preguntarle. Al poco rato comencé a pensar en todo lo que tengo pendiente, en aquello que no estoy viendo y que me ha estado deteniendo de servir y cumplir mis objetivos al mismo tiempo. 

Mi mamá que me ama y todas las personas que lo hacen se habrían puesto a mi lado y me hubieran dicho algo como "tranquila, tienes todo para triunfar, tienes todo para lograrlo, vives en el paraíso, tienes un matrimonio increíble, eres bonita, no te desanimes". Todo eso lo sé y puedo entenderlo a nivel cerebral. Pero eso, justo eso que solemos hacer tendría el propósito de que yo dejara de sentir lo que estoy sintiendo. Es como sentir que no puedo estar reflexiva, nostálgica, triste. 

Crecí pensando que eso estaba mal. Que pasara lo que pasara yo tenía que hacer todo para sentirme bien. Pero ¿saben qué? La dualidad que me he planteado toda la vida, no es dualidad, es una misma cosa. No puedo sentirme alegre si no permito que la tristeza sea. Así como Marie Kondo quiere ordenar todo y al mismo tiempo ama el desorden. No es cuestión de bien o mal, es cuestión de aceptar lo que es. Nos mentimos y mentimos todo el tiempo porque pensamos que la gente no nos amaría si supieran en realidad como somos, porque a veces nosotros mismos no nos amamos como somos. 

Me encantaría ser una gran vlogger y mandarles videos todo el tiempo de lo que hago, de los paisajes, de donde vivo, de lo que voy a comer, pero lo mío, lo que amo, lo que me apasiona son las letras, es esto, escribir y tal vez hay un porcentaje mucho menor de gente que esté dispuesta a leer... Pero esto es lo que yo vine a entregar a este mundo. Puedo tratar de ser quien no soy, o puedo ser yo y dar lo mejor de mí. Tal vez haciendo esto que amo pueda después fluir orgánicamente a mostrarme mucho más, pero no desde el forzarme a ser alguien que no soy. Aún así sigo, en la práctica, no crean que no jajaja.

De cualquier manera, sólo quería decir que la vida no es perfecta, la mía mucho menos, ja, no es perfecta como nos han dicho que la perfección es (como un mundo color de rosa). Pero al mismo tiempo es perfecta porque cada momento tiene un propósito, porque nos envía las lecciones alegres y tristes que requerimos incorporar en nuestra vida para todos los retos posteriores. 

Les diría feliz lunes lluvioso, pero para mí al menos es melancólico, así es para mí la lluvia. Si no fuera así, no podría escribirles esto hoy, así que levanten sus cafés y suspiren, cierren sus ojos antes de darle un trago al café y saboreenlo con toda la calma del mundo. ¡We are ready to the life! ¡Estamos listos para la vida!