¿Comprar o no comprar?

¿Comprar o no comprar? Miras la ropa, te la pruebas, vas cargando algunas cosas que te gustan y cuando estás por llegar a la caja te preguntas, me lo compro o no? comienzas a hacer cuentas, después piensas en si realmente te gusta mucho y al final hay un "para eso trabajo ¿no? me lo merezco". 

En algunos casos el ritual es más automático e insaciable, miras la ropa, la tomas, te la pruebas, sigues viendo, eliges más, vuelves al probador, miras algunas cosas que no te gustan, el corte no te encanta, el color en otras, del que te gusta hay varios colores, tomas un par diferentes, y con todo lo que sí te gustó simplemente vas a la caja y pagas. 

En otros casos ir a las tiendas es incluso obsoleto, buscas por internet, seleccionas todo lo que te gusta, pides el envío y pum, esperas un par de días a que llegue. 

Cualquiera que sea tu ritual de compras hay un punto previo a esas compras que quizá no te has detenido a ver. Piensa por un instante. ¿Por qué eliges ir de compras?¿es porque verdaderamente necesitas algo?¿en verdad lo necesitas? mira un poco si es que antes de ir de compras hay alguna emoción que se detona en ti... Tal vez te sientes sola porque recién te mudaste de casa o de ciudad; tal vez te enfadaste con tu pareja porque sientes que no te pone atención; tal vez te da ansiedad pensar que si no compras en este momento que tienes después ya no vas a tener posibilidad de encontrar ese mismo producto que te gustó; tal vez tu mamá o tu papá no entienden lo que tú les has dicho y te sientes incomprendida, enojada, frustrada; tal vez te sientes triste porque rompiste una relación recién... Mira qué es lo que detona qué emoción, que es lo que te lleva a comprar. 

Dice Marie Kondo que es hasta que vemos todo lo que tenemos que se nos revela que es lo que tenemos que hacer. Mira tu closet hoy. ¿Te hace falta algo? ¿para qué? 

La sensación de comprar es distinta cuando vas con tus amigas, con tu mamá o tus hermanas, de carpa roja, cuando van viendo prendas, se las prueban, se comparten opiniones, se llevan nuevas prendas y terminan eligiendo alguna de las mejores opciones. 

El tema no son las prendas, no es la acción de comprar, es para qué lo hacemos, si lo hacemos para compartir y nos suma o si lo hacemos para olvidar, para evadir una emoción, para vengar la sensación que alguien nos hace sentir o por el automático de comprar y dejar las cosas incluso sin usar. 

Para muchas es la ropa, los zapatos, las bolsas, para otros son los libros, los muñecos de colección, las libretas, las cosas tecnologicas, las cositas que resuelven problemas de la casa, o cositas para decorar, los coches, los tenis, las casas o departametos. No solo las compramos, nos apegamos a ellas, no queremos que nadie las use ni que las toquen, nos da miedo que se las roben. Pensamos que nuestro valor está sujeto a lo que tenemos. 

Uffff... Lo mejor de la serie de Marie Kondo es mirar cómo se despeja no sólo la casa, sino la vida, cómo el desapego de las cosas materiales va liberando espacio en tu corazón, en tu energía, en tu alegría... dejar sólo las cosas que te dan alegría te libera del deber ser, de los momentos en los que no has querido decir nada, de los resentimientos que preferiste guardar, del dolor que elegiste no sentir, de las lágrimas que derramaste mientras estrenabas. 

Es curioso, el orden no es lo que hemos interpretado, detrás del orden hay un significado distinto y una nueva oportunidad siempre. A veces hay que deconstruirnos para reconstruirnos.






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